- Tokyo. Japón
- 175.000 m2
- 2019
La ciudad más poblada del mundo, un gigantesco conjunto de masas que, sin embargo, funciona con absoluta precisión.
Una cultura casi cuadriculada, que no da lugar al fracaso, y si al trabajo. Un día a día hermético, sin fisuras. Cabe plantear si la disposición del coche es el único problema a tratar, por encima de sus propios habitantes.
Se plantea así una torre para la evasión, no sólo de la máquina, sino también para el hombre. Un lugar donde abstraerse del día a día, de cobijo ante la realidad.
El proyecto se concibe desde el elemento más básico del habitar, el tatami japonés, en su disposición más básica, el “shuugijiku”, formando una especie de espiral de contenido de expansión infinita, alrededor de un potente núcleo de conectividad. La torre puede disponerse de forma individual o multiplicarse a lo largo del skyline de la ciudad, pero cada una de ellas será única e irrepetible, condicionada por su apropiación por parte de los habitantes del lugar.
El proyecto se compone a partir de un núcleo a modo de prisma de 12 metros de lado en su base, al que se adhieren 4 piezas de 12×36 m, conformando una espiral de contenido base. Dos de estas piezas la conforman elementos de aparcamiento, dedicados al cobijo de la máquina. Las otras dos, se conforman como pieza para albergar el contenido dedicado al usuario, desde el uso más simple hasta los propios deseos.
Cruzado – Delgado – González
